Nomadland

Año: 2020
Directora: Chloé Zhao

Escena de la película Nomadland – Atardecer en Cedar Pass Campground (Dakota del Sur)

Resumen

La película ofrece una mirada a las vidas de todas aquellas personas que —bien sea voluntariamente o de un modo accidental— terminan por descolgarse del ritmo frenético que arrastra al individuo en la sociedad moderna. Para ello se recurre a la mirada de Fern, quien tras la quiebra de la empresa de cementos para la que trabajaba, se ve abocada a una vida trashumante marcada por los empleos temporales, la soledad de la carretera y los amigos que se despiden pensando en volver a encontrarse.

Comentario crítico

Fern es una víctima más de la crisis mundial que estalló en 2008, sacando a relucir las carencias de un sistema que fagocita al individuo en pos de una sociedad cada vez más funcionalista, donde las características particulares de cada persona se pierden en el seno de una masa homogénea y acrítica, que avanza sin tener tiempo de levantar la vista y cuestionarse por su destino.

Frances McDormand en el papel de Fern

Sin llegar caer en una visión idealizadora o demasiado edulcorada, se presenta un relato bastante honesto de cómo nuestra sociedad ha tomado un rumbo que resulta del todo insostenible. De ello dan cuenta las comunidades de nómadas que se muestran en el filme, quienes profesan su rechazo hacia el sistema capitalista, abogando por un modelo de vida más simple, más centrado en las personas y en la comunidad, frente al consumismo descarnado que pretende encubrir la soledad del individuo en la sociedad moderna.

La fotografía juega un papel esencial en la película, las secuencias transcurren por lo general en un primer plano de una genial Frances McDormand, quien hace gala de su dominio completo del lenguaje no verbal y logra sintetizar toda la historia vital de Fern en cada una de sus miradas, en sus saludos vacilantes, en su forma de caminar entrañable y melancólica… Una historia en la que no llega a ahondarse en demasiado detalle; tampoco resulta necesario. Los momentos en los que Fern hace alusiones a su vida pasada, así como sus conversaciones y sus gestos, permiten construir un personaje complejo y de gran calado psicológico, lo que resulta muy acorde con el simbolismo del filme.

Parque Nacional de Badlands, al suroeste de Dakota del Sur

En cuanto a la estética de la película, está cuidadosamente lograda, siendo muy notable el trabajo de Joshua James Richards en la fotografía. Los vastos entornos naturales se presentan en amplios planos que recogen atardeceres silenciosos y carreteras solitarias que se pierden entre la orografía de los estados de Nevada, Arizona o Dakota del Sur. Son paisajes que transportan al imaginario del western, de individuos deambulando sin rumbo, huyendo de sus propios recuerdos pero con miedo a olvidarlos para siempre. En contraste a la amplitud visual de los paisajes diáfanos, que buscan representar esa conexión libertaria del ser humano con la naturaleza, se presentan planos detallistas, cercanos a la realidad cotidiana, al recuerdo de las vicisitudes propias de la existencia. Son recuerdos punzantes como las espinas de los cactus en el desierto de Arizona, recuerdos en el polvo que cubre los objetos de una vida pasada, recuerdos en el rostro de una hermana que añora los años perdidos…

La película consigue poner de manifiesto el conflicto entre el individuo y la sociedad, que —en la línea de los que diría Lévi-Strauss refiriéndose a la familia— supone al mismo tiempo su negación y su origen. No es fácil librarse de las garras de un sistema que nos oprime sin dejar otra escapatoria que la sumisión. Fern rechaza el régimen capitalista imperante, y sin embargo no tiene otro remedio que vivir a su costa, trabajando en empresas como Amazon, sirviendo como mano de obra temporal en la explotación de cultivos o intentando asentar su vida como trabajadora de una empresa de construcción. Así lo expresa el propio Bob Wells —todos los nomadlands son interpretados por ellos mismos, salvo David, representado David Strathairn— el capitalismo nos ata un yugo al cuello que nosotros mismos nos encargamos de apretar para así poder seguir avanzando sin mirar más allá del camino marcado.

En resumen, se trata de una película gran belleza a nivel estético, cuya temática de western existencialista ofrece un profundo relato psicológico, planteando múltiples lecturas relativas al conflicto entre el individuo y la sociedad, abordando temas como la soledad, la amistad o la búsqueda de la propia identidad más allá del recuerdo de lo que ya fue vivido. No se ofrece una respuesta definitiva ni una hoja de ruta que nos muestre el camino a seguir. Cada persona habrá de construir el discurso que guíe su propia vida ante el escenario inabarcable de la existencia.

Publicado por basil095

Sobre mí... tan solo ideales confusos e inalcanzables.

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